lunes, 31 de diciembre de 2018

¡Brindo, por la alegría del planeta!

«¡Brindo,
por una paz perenne (no sólo duradera),
que dure,
lo que dure el hombre en esta tierra!

¡Brindo,
por la alegría del planeta!
¡Brindo por el arroz y la lenteja!
¡Y porque todos tengamos un poeta!

¡Brindo,
por la felicidad pequeña,
por el amor grande,
por la sonrisa tierna!

¡Brindo con las copas de todos los árboles
de la tierra!

... Y brindo de verdad,
(-¡aunque no salga de esta borrachera!-)»

Brindis cotidiano

Gloria Fuertes



Celebración de la Nochevieja en Valencia

Todocolección

domingo, 30 de diciembre de 2018

Una de las travesías de la moderna avenida de Alfahuir

«La calle, una de las travesías de la moderna avenida de Alfahuir, apenas tiene comercios ni tráfico, así que duda mucho que la Policía Municipal o la grúa vayan por ahí a tocar los cojones de buena mañana. Se para a una distancia prudencial hasta que el coche de Bellido desaparece en la oscuridad de la rampa de acceso al aparcamiento subterráneo. Tal y como intuía el tuerto, el albañil no hace caso del cartel que en la entrada del garaje insta a sus usuarios a esperar, por seguridad, a que se cierre la puerta. "Bellido —musita el tuerto para sí—, deberías hacer más caso a lo que te dicen: tendrías que haber esperado al cierre y no haber firmado la hipoteca de este chozo"».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Actual avenida Alfahuir, apeadero de San Lorenzo, principios de los 70

Subida por Vicente Cortes Juan‎ a VAHG

sábado, 29 de diciembre de 2018

El edificio de la calle Santiago Rusiñol en el que vive es una de esas fincas nuevas

«Falconetti sigue a Bellido de vuelta a su casa. El edificio de la calle Santiago Rusiñol en el que vive es una de esas fincas nuevas de ladrillo caravista con una pequeña zona común con jardín y columpios para los críos. Igual hasta tiene piscina. Pobre paleta que se metió en una hipoteca de mil pavos al mes y ahora no podrá ni con los gastos de la comunidad. Quizás hasta trabajaba en la promoción y se quedó uno de los pisos, al paso que se hacía algún arreglito en la cocina o se ponía mejores azulejos en el cuarto de baño. Bellido aguarda a que se abra la puerta del garaje mientras Falco aparca en doble fila».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Grupo de amigos en la actual avenida de la Constitución, a la altura de la calle de Santiago Rusiñol

Fotografía por cortesía de Ricardo Borja

http://valenciadesaparecida.blogspot.com.es/2014/05/grupo-de-amigos-en-la-actual-avenida-de.html?fbclid=IwAR3X5T6vgqzr5cMq-Jb2VBUkuPNpIXICcM9BnJ3Owu89MfBKqtABdfAdvsQ

viernes, 28 de diciembre de 2018

Socorreu als desamparats quan vostre favor demanan. Vídeo

«Puig del Rei la tiranía
vos maná matar Infants;
ajudaunos cada dia
Gloriosos màrtirs sants.

Los savis Reis d'Orient
quan hagueren vist la Estrella,
partiren en continent
á visitar la Doncella,
per adorar lo Messias
alegres i triomfants.

En totas necessitats
ajudau als quius reclaman,
socorreu als desamparats
quan vostre favor demanan,
sou també la llum y guia
dels pobres peregrinants».

Goigs als Sants Innocents




Socorreu als desamparats

jueves, 27 de diciembre de 2018

En un reservado del Café de las Ánimas o de los Docks

«Muchos eran buenos clientes de los camellos del Falco. Para ellos se repartía farlopa de mejor calidad, menos cortada y, por tanto, más cara. Y los camellos se escogían bien. Muchachos apuestos y chicas que estaban buenísimas, universitarios todos, que te llevaban el género a casa o te lo daban en un reservado del Café de las Ánimas o de los Docks sin malos rollos, ambiente agradable y mercancía tan segura y fiable como si la hubieras comprado en El Corte Inglés. Esos, ahora, están mucho peor, porque ni servían para mandar ni sirven para trabajar. Y aún no se creen lo que les está pasando».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Docks Comerciales. Construidos en 1917 por Demetrio Ribes

http://zonamaritima.blogspot.com/2010/

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Y se marcha calle abajo a buscar la salida a la avenida Giorgeta

«El entusiasmo que crece en su interior no consigue mitigar el hambre. En la calle, busca a su alrededor un sitio donde picar algo, pero ninguno le convence y ya ha tenido bastantes experiencias gastronómicas frustradas por una mañana. Se sube a la moto y se marcha calle abajo a buscar la salida a la avenida Giorgeta. Parado en el semáforo, el estómago vuelve a protestar ante el olor a fritanga que el viento le trae desde otro bar que hay en la esquina, justo enfrente de la Jefatura Provincial de Tráfico».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Giorgeta. 1946

Subida por Pilar Martínez Olmos a VAHG

martes, 25 de diciembre de 2018

Ha nacido Jesús, qué pena, en un establo

«¡Alégrate, zagala!
¡Alégrate, pastor!
Ha nacido Jesús,
es nuestro Redentor.

Ha nacido Jesús,
qué pena, en un establo,
sin más luz que su luz,
sin más sol que sus manos.

Sin más luz que sus ojos
nació el Crucificado,
nació el Rey de la Paz,
nació el Cordero Blanco.

Igual los pastores
que los Reyes Magos,
doblan sus rodillas
y beben cantando.

Y beben la paz
de sus ojos claros.
El frío no quiere
entrar al establo».

El Rey de la Paz

Gloria Fuertes



Establo del Parador-Posada del Ángel

Revista Valencia Atracción. Diciembre de 1930

Subida por César CaminArt a VAHG

lunes, 24 de diciembre de 2018

Que comamos, hija mía por ser Nochebuena pan

«Son hija y madre, y las dos
con frío, con hambre y pena
piden en la Nochebuena:
"una limosna por Dios"

¡ Hoy los ángeles querrán,
la madre a su hija decía,
que comamos, hija mía
por ser Nochebuena pan!

Y al anuncio de tal fiesta,
abre la madre el regazo
y sobre él, a aquel pedazo
de sus entrañas acuesta.

Al pie de un farol sentada,
pide por amor a Dios
y pasa uno y pasan dos...
más ninguno le da nada.

La niña con triste acento:
-Pero, ¿ y nuestro pan?, decía.
-Ya llega!, le respondía
la madre....y llegaba el viento.

Mientras de placer gritando
pasa ante ellas el gentío,
la niña llora de frio...
La madre pide llorando..
Cuando otra pobre como ella
una moneda le dió,
recordando que perdió
una niña como aquélla.

“¡Ya nuestro pan ha llegado!”
gritó la madre ecstasiada;
más la niña quedó echada
como un pájaro en su nido.

Llama y llama ¡desvarío!,
nada hay ya que la despierte,
duerme, está helada, y la muerte
¡solo es un sueño con frío!

La toca, al verla tan yerta,
se alza, hacia la luz la trae,
se espanta, vacila y cae
a plomo la niña muerta.

Del suelo y de angustia llena
la madre a su hija levanta,
y en tanto, un dichoso canta:
“Esta noche es Nochebuena!”».

Nochebuena

Ramón de Campoamor


Reparto de comida en Valencia

 Historia viva de Valencia

Cortesía de José Navarro Escrich

domingo, 23 de diciembre de 2018

Cobraré el aguinaldo en billetes de uno a uno

«Ya he sacado mis cuentas
y no le pago
a nadie.

Ni al sastre que me hizo estas solapas
como alas de palomo
ni al pobre almacenero
que no me vende azúcar
ni al Banco que me ahorca
ni al librero que gime
ni al destino que claro no recoge
las tiernas oraciones
que envío contra reembolso.

Ya he sacado mis cuentas
y no le pago
a nadie.

Cobraré el aguinaldo en billetes de uno a uno,
y me iré caminando por Dieciocho
silbando un tango amargo
como otro distraído.»

El aguinaldo

Mario Benedetti

































https://voramartradicions.blogspot.com/2016/12/el-aguinaldo.html

https://voramartradicions.blogspot.com/2016/12/las-felicitaciones-navidenas.html

sábado, 22 de diciembre de 2018

El barrio de Ayora está demasiado lejos del mar

«Es lo malo de la indefinición: el barrio de Ayora está demasiado lejos del mar como para poseer la degradada —aunque acusada— personalidad del Cabañal. Y lo bastante apartado del centro como para que los modernos no lo encuentren atractivo como Ruzafa o El Carmen. Demasiado cerca de la Ciudad de las Ciencias como para que los precios subieran hasta el delirio durante la burbuja anterior a la crisis, si bien ahora son muy viejos como para mantener el tipo. El resultado es que las fruterías de paquistaníes y los bazares de chinos son los únicos comercios abiertos junto a la eterna farmacia que atiende a los pocos vecinos de toda la vida que todavía están allí».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Palacete de Ayora

https://voramarlavalenciamaritimaimes.blogspot.com/2016/09/el-palacete-y-jardin-de-ayora.html

viernes, 21 de diciembre de 2018

La calle Ramiro de Maeztu, en el corazón del barrio de Ayora

«La primera de las paradas ha sido en Casa Juan. La calle Ramiro de Maeztu, en el corazón del barrio de Ayora, es un buen ejemplo de como todo se ha ido al garete. Antaño aquello era un barrio obrero, sin duda, pero lleno de vida. Ahora, las antiguas fincas de principios de los sesenta acusan los años, el abandono y la triste degradación que les condena a ser mausoleos adelantados de ancianos solitarios o pisos patera».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio


Calle Ramiro de Maeztu

En construcción la finca conocida como “Casas para todos”

Al  fondo a la izquierda Palacete del Jardín de Ayora

Subida por Isabel Huedo Saiz a VAHG

jueves, 20 de diciembre de 2018

Pues se levantaba donde hoy está El Corte Inglés

«—¿Ese cuál es? —interrumpió Manceñido. 

—Ese cuál era —puntualizó el exregidor— pues se levantaba donde hoy está El Corte Inglés de la calle Pintor Sorolla. Ese edificio se destinó a cárcel de mujeres y ahí fueron a parar presas con niños. Las leyes de la época sólo permitían que las criaturas estuvieran con sus madres hasta los tres años y si la pobre desgraciada tenía una condena mayor, el menor acababa en un orfanato o dado en adopción.

—¿Hay registros de aquellas… de aquellas —Grau no encontraba el nombre apropiado para referirse a semejante barbaridad sin perder el aire neutro y profesional del interrogatorio a pesar de que se le estaba revolviendo el estómago— operaciones?»

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Convento de Santa Catalina de Siena. 1968

https://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=89176132

http://www.jdiezarnal.com/valenciaiglesiasantacatalinasiena.html

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Funcionaba como prisión el monasterio de San Miguel de los Reyes

«—Sí, sí —replicó Grau—, lo sabemos. El caso es que pensamos que el homicidio del señor Ros puede tener algo que ver con el asunto de los niños robados durante la dictadura del general Franco y por eso queríamos pedirles la información que tengan al respecto. 

—¡Ah, bueno! —El exconcejal pareció relajarse—. Ese es un asunto en el que se puede investigar durante años y me temo que nunca se sabrá la verdad. Verán. Desde abril de 1939 hasta 1945 la represión fue brutal, especialmente durante las primeras semanas tras la caída de la República. Además de la cárcel Modelo funcionaba como prisión el monasterio de San Miguel de los Reyes, la plaza de toros y el convento de Santa Clara…»

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Vista aérea de San Miguel de los Reyes

Revista Blanco y Negro

martes, 18 de diciembre de 2018

En el barrio que circunda el Jardín Botánico

«Y donde el pantano aún no ha vuelto a la superficie, allí están sus hijos preparando —sin saberlo— su regreso. En el barrio que circunda el Jardín Botánico, céntrico pero tranquilo, los promotores posaron sus ojos ávidos y compraron casas viejas que derribaron sin contemplaciones para allanar solares que tapiaron para dibujar, al final, un paisaje de piedra y cielo que convierte la calle en una dentadura a la que han arrancado varias muelas. Grandes carteles que anuncian viviendas con acabados de lujo, áticos de ensueño y plazas de garaje con trastero rompen el horizonte. Apenas hay ya tiendas en la calle. Los viejos comercios de toda la vida han ido desapareciendo al mismo tiempo que sus dueños se jubilaban o se morían. Las plantas bajas están cerradas y sus persianas lucen las cicatrices del abandono en forma de pintadas urbanas de mil colores».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Grupo de señoritas en el Jardín Botánico. 1937

Todocolección

lunes, 17 de diciembre de 2018

Cuando barrios enteros se alzaban en un abrir y cerrar de ojos en la periferia, arrasando huertas

«En la forma de los muros, de las ventanas y de los balcones se percibe que los constructores querían levantar casas baratas, pero dignas y hasta coherentes con el resto del entorno. Todavía faltaban años para que se desatara la locura de los setenta, cuando barrios enteros se alzaban en un abrir y cerrar de ojos en la periferia, arrasando huertas, derribando alquerías y cegando acequias. Toneladas de hormigón, hierro y ladrillo caravista invadían el terreno que el pantano —la inmensa ciénaga sobre la que se levanta Valencia— había cedido como tierra de cultivo tras ser domesticado durante siglos con azudes, canales y compuertas».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Subida por Javier Oms Vila‎ a Remember València (Associació Cultural Remember València)


1956


2011

https://www.hortanoticias.com/