miércoles, 29 de noviembre de 2017

En la capilla que llaman del Santo Cáliz

«Algo más tarde, a eso de las diez, Luis y yo estábamos otra vez en la calle, frente a la catedral, con un librito de hacía medio siglo en las manos, y con el compromiso de devolverlo sin falta en unas horas. 

Se nos ha ocurrido acercarnos al recinto en el que guardan el grial y comenzar a leerlo en la capilla que llaman del Santo Cáliz. Qué mejor lugar. Quizá ya sepáis que junto al Miquelet —uno de esos raros campanarios con nombre propio, como la Giralda de Sevilla— se levanta la estancia en la que los fieles adoran a esta reliquia. Entrar a verla no es gratis. Nos ha costado catorce euros. Pero precisamente ese detalle lo convierte en un espacio casi olvidado. Lo curioso es que ha sido justo ahí donde nos han robado».

El fuego invisible

Javier Sierra


Todocoleción

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