domingo, 27 de noviembre de 2016

El que mañana llegue con las manos vacías, no pasará de esa puerta

«Los viernes, al salir de la escuela, escuchaban invariablemente todos ellos el mismo discurso. 

—Señores míos, mañana es sábado. recuérdenlo ustedes a sus señoras madres y háganles saber que el que mañana no traiga los dos cuartos no entrará en la escuela. A usted se lo digo especialmente, señor de... tal, y a usted, señor de... cual —y así soltaba una docena de nombres—. Tres semanas que no traen ustedes el estipendio prometido, y así no es posible la instrucción, ni puede procrear la ciencia, ni combatirse con desahogo la barbarie nativa de estos campos. Yo lo pongo todo: mi sabiduría, mis libros —y miraba las tres cartillas, que iba recogiendo su mujer cuidadosamente para guardarlas en la vieja cómoda—, y ustedes no traen nada. Lo dicho: el que mañana llegue con las manos vacías, no pasará de esa puerta. Aviso a las señoras madres.»

La barraca

Vicente Blasco Ibáñez


Ilustración de José Benlliure para La barraca

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